LA PREPARACIÓN DEL HUERTO ECOLÓGICO
Lo primero, una buena planificación del huerto. Para cultivar nuestras propias verduras lo mejor es planificarlo detalladamente.
El primer paso consiste en definir el tamaño del huerto y la distribución de los arriates.
Es una gran ayuda dibujar un esquema y, una vez definido éste, hacer una lista con todo lo que se quiere poner en el huerto y el espacio necesario.
A la hora de escoger las verduras, además del gusto personal, también es determinante los hábitos de las plantas, así como su ciclo vegetativo y de maduración.
En principio, se puede distinguir entre cultivos principales y cultivos previos o posteriores.
Los cultivos principales tienen una fase de crecimiento muy larga, entre estos se incluyen: tomates, patatas, zanahorias, pepinos, cebollas. En la planificación, deben ser los primeros en colocarse en los arriates disponibles. A continuación, añada los cultivos previos y posteriores. Estos crecen mucho más deprisa, por lo que se pueden plantar en el mismo arriate tanto antes como después del cultivo principal. Para el cultivo previo se prestan las espinacas, la lechuga y los rabanitos; para el cultivo posterior, los canónigos, la coliflor y la col verde.
Mientras que en el huerto clásico solo se planta un cultivo por arriate, en la actualidad se recomienda el cultivo mixto.
La combinación de plantas con distintas necesidades nutricionales permite aprovechar mejor los nutrientes del suelo y las plantas compiten menos entre sí. Sin embargo, hay que prestar atención a plantar las variedades con una necesidad media de nutrientes con otras que tengan una necesidad mayor o menor de nutrientes.
- Plantas con baja necesidad de nutrientes: judías enanas, lechugas, canónigos, rabanitos, espinacas y cebollas.
- Plantas con necesidad media de nutrientes: endivias, puerros, acelgas, zanahorias, pimientos y judías verdes.
- Plantas con gran necesidad de nutrientes: todas las variedades de col grandes, calabazas, ruibarbos, pepinos, patatas, tomates y calabacines.
Los cultivos mixtos también ayudan a prevenir plagas y atraen a organismos beneficiosos. Además, los arriates con cultivos mixtos necesitan menos cuidados que los tradicionales. La combinación de plantas diferentes permite mantener el suelo a la sombra. De este modo, no se seca tan rápido. Además, donde hay poca luz, las malas hierbas no crecen tan bien. Esto significa que hay que cavar menos. Pero hay que tener en cuenta las plantas que no son compatibles.
A la hora de planificar el huerto, es importante hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuándo podemos sembrar o plantar en el exterior las distintas variedades? Si va a utilizar plantel, la temporada empieza antes, ya que es necesario prepararlos. Si prefiere ahorrarse tiempo y trabajo, también puede comprar directamente los planteles.
ASOCIACIÓN DE CULTIVOS
La horticultura ecológica potencia las asociaciones de plantas con propiedades repelentes contra plagas o enfermedades, y el establecimiento de las rotaciones de cultivos adecuadas para evitar el traslado de problemas de plagas un año tras otro.
Por ejemplo, en lugar de cultivar a la vez tres parcelas seguidas con guisantes, patatas y maíz, se deben sembrar los guisantes en una hilera, flanqueándolos alternativamente y a cada lado con plantas de patata y maíz. De esta forma, los guisantes proporcionarán abrigo y nitrógeno y las patatas mantendrán el suelo húmedo.
Para evitar la aparición de malas hierbas son muy útiles los acolchados, naturales o con láminas de tejido plástico, que permiten la transpiración del suelo.
Asociación de cultivos
Ejemplos de plantas que no se llevan bien:
- Judías-guisantes-cebollas
- Col -cebollas
- Cebollas - patatas
- Col-judías-espinacas-tomates
- Pepinos-judías- col-lechugas
Ejemplos de plantas que sí se llevan bien:
- Patatas-tomates-pepinos
- Tomates-guisantes
- Lechugas-judías-col-zanahorias
- Zanahorias-cebolla-puerro
- Tomates-lechugas
LOS CUIDADOS
Una vez preparado el huerto y con los cuidados adecuados, se puede disfrutar de una excelente cosecha. Para crecer sanas y fuertes, la mayoría de las variedades de verduras solo requieren una humedad constante de la tierra, un suelo bien aireado y un aporte equilibrado de nutrientes.
Con cavar, regar y abonar tiene hecho buena parte del trabajo de mantenimiento habitual.
El abonado es uno de los aspectos más importantes para el cuidado del huerto. El intenso uso que el cultivo de verduras hace del suelo priva a este de muchos de sus nutrientes. Además, con la cosecha, al contrario de lo que ocurre en la naturaleza, las sustancias orgánicas no vuelven a la tierra. Solo el empleo de un abono orgánico o mineral garantiza que las plantas sigan recibiendo un aporte equilibrado de nutrientes. Sin abono, las plantas languidecen y la cosecha disminuye año tras año.
LA PROTECCIÓN / ESTIMULACIÓN DE LOS MICROORGANISMOS
Ya que resulta imprescindible, es necesario proteger e incluso estimular la vida biológica del suelo. Algunas prácticas culturales corrientes destruyen la vida del suelo; una jardinería sostenible debe protegerla, evitando los abonos de mala calidad (que contienen sales no asimilables) y evitando compactarlo en exceso o intercambiar el orden de las capas del suelo, sobre todo si éste es profundo.
Existen varios sistemas para estimular la vida biológica del suelo: el trabajo superficial, el acolchado y la fertilización.
El trabajo superficial del suelo estimula en gran medida su vida microbiana. Se dice que en un periodo de una a tres semanas, un mínimo trabajo del suelo tiene como efecto multiplicar por cinco o por diez su población microbiana. Este cavado superficial mejora la aireación, regula la humedad del suelo y permite mezclar las materias orgánicas e inorgánicas. Ello favorece particularmente a los Nitrobacter, responsables de la fijación del nitrógeno.
Además de suministrar alimento a los organismos del suelo, una capa de acolchado orgánico crea las condiciones más favorables a su actividad, ya que la humedad y la temperatura se mantienen más constantes que en un suelo desnudo y el suelo está menos sujeto a la compactación. Sin embargo hay que tener en cuenta que un uso intensivo del acolchado puede provocar una acidificación de la superficie del suelo, que es poco favorable a los microorganismos del suelo.
Por otro lado, el aporte de abonos es un medio de suministrar el alimento adecuado a los microorganismos del suelo. Debemos tener en cuenta que su nutrición ideal es la que combina el nitrógeno, los azúcares, el carbono y otros nutrientes.
La relación entre el carbono (C) y el nitrógeno (N) de un material es un concepto a tener muy en cuenta pues nos define su grado de descomposición. Para que la descomposición progrese adecuadamente la relación C:N debe estar sobre 30. Los microorganismos requieren, en su dieta, de 30 partes de carbono por cada parte de nitrógeno. La relación C:N varía mucho entre los diferentes materiales, por lo que si los materiales usados tienen una relación C:N muy alta deberemos mezclarlos con otros materiales con una C:N más baja antes de utilizarlos.
Debemos prestar especial atención a los aportes directos de elementos bajos en nitrógeno y altos en carbono (paja, corteza, hojas, etc.). Para digerir estos alimentos, los microorganismos deben tomar el nitrógeno del suelo, causando así un ‘hambre de nitrógeno’ en las plantas que, en consecuencia, amarillean y crecen poco. Este riesgo es más elevado cuando la aplicación de estas sustancias se aplica en primavera (respecto al otoño), cuando las plantas necesitan el máximo de nitrógeno.
El compostaje realizado en una compostera permite obtener un humus con una relación C:N baja y evita los problemas de ‘hambre de nitrógeno’. Sólo necesitaremos un poco de práctica para conseguir un producto natural y económico que nos permitirá aumentar el porcentaje de materia orgánica del suelo Si no disponemos de compost propio es recomendable escoger materiales con una relación C:N baja (20-30), los cuales podremos utilizar en cualquier momento del año, incluso en primavera.
EL RIEGO DEL HUERTO ECOLÓGICO
En las técnicas de cultivo ecológico conviene no perder de vista nunca los factores básicos, como es el agua.
Lo primero organizaremos nuestro huerto por zonas con necesidades de agua similares. Luego seleccionaremos las hortalizas a cultivar ajustadas a nuestra disponibilidad real de agua.
Usaremos sistemas de riego eficaces como el goteo así como sistemas de control automatizado para optimizar el gasto de agua.
También aplicaremos técnicas de ahorro indirecto de agua, como el uso de capas de acolchado o mulching (paja, compost grueso, corteza de pino, etc) sobre el suelo para mantener la humedad durante más tiempo y evitar la temperatura excesiva.
ABONADO Y MATERIA ORGÁNICA
EL ABONADO DEL HUERTO
Es importante abonar el huerto para favorecer su desarrollo y restituir al suelo los nutrientes que extraemos con las continuas cosechas. Hay diferentes opciones, todas ellas aptas para agricultura ecológica. Esta restitución se puede realizar sin usar abonos químicos de síntesis.
ABONO ORGÁNICO
Lo más habitual es utilizar productos orgánicos como el compost casero o el compost comercial y el estiércol, también se pueden usar plantas de nuestro huerto como abonado natural. Algunas especies forrajeras se aprovechan en parte para el consumo, y el resto (tallos, hojas …) se tritura en forma adecuada y se aporta al suelo.
La riqueza del suelo en materia orgánica fresca o en humus (materias orgánicas en estado de descomposición avanzado) es fundamental para la agricultura sostenible. Las aportaciones de materia orgánica (en forma de compost, mantillo, estiércol, etc.) tienen un efecto muy favorable tanto sobre las propiedades químicas como físicas y también sobre la actividad biológica del suelo del huerto. De hecho el contenido en materia orgánica de un suelo es un criterio esencial de su fertilidad.
Cuando la materia orgánica se descompone se producen hormonas de crecimiento para las plantas y varias sustancias nutritivas orgánicas (vitaminas, antibióticos, aminoácidos, etc.) además de sustancias nutritivas inorgánicas. El dióxido de carbono producido en la descomposición de la materia orgánica favorece la fotosíntesis y, en consecuencia, mejora el crecimiento de las plantas.
Los complejos órgano - minerales formados después de los aportes de materia orgánica aumentarán la capacidad de intercambio catiónico del suelo y, debido a ello, las reservas de nutrientes para las plantas.
La materia orgánica tampona el pH del suelo, poniendo más nutrientes a disposición de las plantas. Los restos orgánicos son una fuente de energía y de substancias nutritivas para los organismos del suelo.
La actividad biológica de un suelo, al igual que sus propiedades físicas y químicas, determina su productividad. De hecho, la mayor parte de las ventajas químicas y físicas están ligadas a la actividad biológica del suelo ya que estas ventajas son el resultado de la acción de los microorganismos sobre la materia orgánica. A continuación detallamos algunas mejoras del aporte de materia orgánica:
Mejoras del aporte de materia orgánica
- Aumento de la capacidad del suelo de retener el agua, de la infiltración del agua y de la retención de la capa superficial de nieve.
- Aumento de la aireación del suelo (las raíces necesitan oxígeno para funcionar, igual que la parte aérea de las plantas) y aumento del drenaje.
- El suelo toma un color más oscuro y absorbe mejor el calor. También en el proceso de descomposición de la materia orgánica el suelo libera calor. Los cambios de temperatura diurnas y estacionales son menos marcados en un suelo que contiene cantidades adecuadas de materias orgánicas (la materia orgánica suaviza el impacto de las fluctuaciones de temperatura).
- Aumento de la resistencia del suelo a la erosión por el viento y el agua.
- Aumento de la resistencia del suelo a la compactación por la maquinaria o el pisoteo.
- Reducción de las pérdidas de elementos fertilizantes debidas a lavados y riegos, gracias a una mejor capacidad del suelo de retenerlas.
- Aumento de la porosidad del suelo, facilitando la penetración de las raíces y de los organismos beneficiosos en el suelo.
- Al aportar materia orgánica en el suelo aumenta el contenido en elementos nutritivos.
- A medida que la materia orgánica se va descomponiendo, los elementos nutritivos pasan a estar disponibles para las plantas. La aportación de materia orgánica es un sistema eficaz y poco agresivo para el medio ambiente para enriquecer el suelo.
- La materia orgánica suministra los elementos nutritivos al suelo en proporciones equilibradas, incluidos los microelementos.
DESCOMPOSICIÓN DE LA MATERIA ORGÁNICA
Las materias orgánicas aportadas a la tierra no pueden ser absorbidas por las raíces en su estado normal, antes deben transformarse en sales minerales. El paso de estas substancias a un estado que las plantas puedan asimilar se ejecuta de forma activa por los organismos del suelo.
En primer lugar los restos orgánicos deben fragmentarse. La fragmentación de los restos orgánicos la hacen principalmente los animales del suelo, como los limacos, las lombrices y algunos insectos. El clima (por la acción del hielo y del deshielo, por ejemplo) completa la acción de estos organismos.
A continuación esta materia orgánica debe convertirse en materia asimilable para las raíces. Es el trabajo de los microorganismos del suelo (bacterias, hongos microscópicos, etc.). Este paso a un estado asimilable por las plantas es un modelo de trabajo en cadena: cada microorganismo está más o menos especializado en una operación concreta. Es así como las sustancias orgánicas o minerales presentes en el suelo se ponen a disposición de las plantas.
ABONO INORGÁNICO
Los abonos inorgánicos se presentan generalmente en forma granulada, se liberan más rápidamente que los orgánicos.
Cada especie hortícola tiene unas necesidades de nutrientes específica según los parámetros de su desarrollo. Los cultivos de hoja (lechugas, coles, espárragos, apios, etc.) exigen mucho nitrógeno (N). Los cultivos de raíz (patatas, rábanos, nabos, etc.) más proporción de potasio (K) y fósforo (P). Las bases para un correcto programa de abonado para cada hortaliza son: La ley de mínimo: ofrecer la cantidad mínima indispensable de nutrientes para el desarrollo correcto de la hortaliza. La ley de máximo: un aporte superfluo de nutrientes no redunda en un incremento de la cosecha y, en la mayoría de casos, resulta perjudicial.
CONTROL DE MALAS HIERBAS
La vegetación acompañante que crece en el huerto compite con nuestros cultivos por el agua, los nutrientes y demás recursos pudiendo frenar gravemente su desarrollo, pero también tiene beneficios relacionados con la biodiversidad (no sólo de plantas, también de insectos y microorganismos beneficiosos para el suelo).
El objetivo debe ser controlar las malas hierbas para que su presencia no supere a la de las hortalizas que cultivamos y no comprometa su crecimiento. Siempre que no invadan tu huerto no son un verdadero peligro para él, pero tienes hay que tenerlas controladas para que haya las menos posibles.
Como primera opción está siempre la eliminación manual de las hierbas indeseables que crecen por el huerto, la escarda o laboreo del suelo evitará que se desarrollen sus raíces y sacarlas al exterior, aunque en este caso tienes que tener cuidado de no arrancar o dañar los cultivos que sí te interesan.
En un huerto ecológico controlar las malas hierbas que crecen junto a las hortalizas y verduras, es una de las tareas que más tiempo se llevará a lo largo de todo el ciclo de cultivo del huerto. Las llamamos “malas hierbas” porque no son las que hemos plantado para cuidar y luego cosechar, no porque sean tóxicas para nuestros cultivos.
Cualquier planta, por beneficiosa que sea, puede resultar ser una mala hierba si no está en el lugar adecuado. Por ejemplo, la cola de caballo (Equisetum) es un magnífico aliado para luchar contra los hongos, pero si decides cultivarlo para elaborar preparados que previenen o tratan enfermedades, hay que tener mucho cuidado y aislarlo convenientemente, pues esta planta se propaga con mucha facilidad y puede ser que, sin querer, te encuentres tu huerto inundados de Equisetum. En ese caso, la planta, que en un principio no lo era, se habrá convertido en una mala hierba.
En la agricultura convencional los herbicidas son los encargados de controlar malas hierbas, pero en un huerto ecológico no deberás usar productos de ese tipo, sino llevar a cabo una serie de tareas que solucionen los problemas sin comprometer la estabilidad del suelo ni la salud de las plantas y la nuestra con productos químicos como los herbicidas.
Como es lógico, el trabajo que supone luchar contra las malas hierbas con métodos ecológicos será mayor que si aplicas al suelo un herbicida que mate todas las malas hierbas y te olvides de ellas, pero también será gratificante para ti y para tu salud cultivar un verdadero huerto ecológico.
TÉCNICAS PREVENTIVAS PARA CONTROLAR MALAS HIERBAS
Como en la lucha contra de plagas y enfermedades, lo mejor para controlar malas hierbas es evitar que aparezcan o, por lo menos, que lo hagan de forma masiva.
Algunas de las medidas preventivas para controlar malas hierbas que puedes adoptar en tu huerto ecológico son
- Reducción de las semillas de malas hierbas en el suelo: escardar es una buena forma de conseguirlo y hacerlo cuando son jóvenes antes de que tengan nuevas semilla.
- No utilizar estiércol fresco porque puede haber semillas de malas hierbas en ellos. Es mejor compostarlos, ya que las altas temperaturas que se alcanzan en el proceso de transformación en compost producirá la muerte de las semillas si las hay.
- Utilizar un sistema de riego por goteo te servirá para controlar malas hierbas porque el agua sólo empapará las zonas donde crecen tus cultivos, evitando que se rieguen zonas con semillas de plantas no deseadas.
- Controlar el agua de riego, si ésta procede de acequias, estanques o depósitos, para que no lleve semillas de malas hierbas.
- La “falsa siembra”: consiste en regar el suelo varias veces antes de plantarlo, para favorecer la germinación de las semillas existentes i posteriormente eliminarlas.
- Una vez eliminadas y escardado el terreno podemos plantar las hortalizas.
- Usar las técnicas de la rotación y la asociación de cultivos.
El acolchado del terreno es una práctica muy útil en un huerto ecológico. Consiste en crear una barrera que impida el crecimiento de las malas hierbas cubriendo la superficie del sustrato con una capa gruesa de materia orgánica o de materia inerte como paja, césped cortado, hojas, serrín, cortezas, etc.
PLAGAS Y ENFERMEDADES
Las plagas y las enfermedades son uno de los factores que pueden perjudicar nuestra cosecha. Los insectos, hongos, bacterias y otros organismos pueden debilitar nuestras plantas haciendo que perdamos el tiempo y nuestro esfuerzo. Para evitarlo, una de las mejores defensas es la información y la prevención. Para ello, deberemos inspeccionar atentamente nuestro cultivo de manera regular, de modo que podamos hacer frente a los problemas antes de que lleguen.
Si la diversidad de nuestro huerto urbano no es suficiente para defendernos de las plagas y enfermedades siempre podemos optar por aplicar productos naturales y ecológicos, como el BT (bacillus thuringiensis) contra la tuta absoluta, azufre como fungicida preventivo para tomateras y otros cultivos, extracto o purín de ortiga como refuerzo de las plantas y anti plagas, cola de caballo para refuerzo de las plantas y fungicida y el jabón potásico muy utilizado para defendernos del pulgón aunque es preferible utilizar el jabón fosfórico porque nos protege igualmente del pulgón y otros insectos y podemos utilizarlo si utilizamos otros tratamientos sin perjudicar su efectividad.
CONTROL DE PLAGAS CON INSECTICIDAS
Respecto al control de plagas debemos tener cuidado especialmente con las orugas en tomates, coles, lechugas, durante todo el verano y otoño. El mejor control se consigue mediante tratamientos preventivos con un Insecticida biológico, aplicado cada 8-15 días al atardecer.
La mosca blanca también ataca a tomates, pimientos, berenjenas, judías y puede combatirse eficazmente con un Insecticida natural, que a su vez frenarán también los ataques de ácaros, habituales en judías y fresas. Los caracoles atacan a numerosas especies hortícolas y deben ser controlados con producto antilimacos. Por último, los pulgones, presentes sobretodo en primavera y otoño en lechugas, habas, guisantes, pepinos, se pueden controlar eficazmente con un Insecticida natural.
DIVERSAS PLANTAS QUE ACTÚAN COMO ANTIPLAGAS EN PLANTACIONES
- El clavel de moro, la lavanda y la albahaca repelen a la mayor parte de insectos.
- El ajo previene numerosas afecciones fúngicas como el oídio y la botritis.
- La cebolla actúa contra el ataque de conejos.
- Las hojas viejas de col repollo o coliflor atraen activamente a los caracoles y así se pueden desviar de otros cultivos a proteger.
- El poleo repele a las hormigas y al pulgón.
VARIOS REMEDIOS PARA COMBATIR PLAGAS:
Infusión de ajo y cebolla:
-500 gr de ajo y cebolla.
-10 l. De agua.
Se machacan los ajos y las cebollas y a continuación de deja macerar con el agua un día completo.
Al día siguiente, se cocina durante 20 minutos a fuego lento, se deja enfriar y se aplica.
Esta infusión es ideal para combatir el pulgón y las hormigas. Ayuda, además, a prevenir la aparición de hongos y es muy útil contra la mosca de la zanahoria.
Infusión de tabaco:
Se juntan varias colillas de cigarrillos sin ceniza y se vierten en un litro de agua. Dejar reposar para que la nicotina salga y se mezcle con el agua. Filtrar al día siguiente y lista para aplicar.
Se puede aplicar sobre la superficie de la hoja con un algodón empapado, o bien aplicar con un pulverizador.
Esta infusión es muy útil para combatir la araña roja, el pulgón y la cochinilla.
Cerveza:
Para combatir babosas, caracoles y bichos bola es muy efectiva la cerveza. Se deja a ras de suelo varios frascos o medias latas con un poco de cerveza y ellos mismos se verán atraídos por el olor a la cerveza y caerán en nuestra trampa.
Manzanilla:
Esta es una infusión que nos ayuda a mantener alejadas numerosas plagas que pueden debilitar nuestras plantas. Para ello necesitaremos:
-50 gr. de manzanilla.
-10 l. de agua.
Preparar una infusión con los ingredientes y dejar reposar durante unos 20 minutos. Colar y lista para aplicar.
Orugas cortadoras y gusanos:
Picar 90gr. de ajo junto con dos cucharadas de aceite mineral. Se deja reposar durante un día completo. Luego agregamos medio litro de agua junto con un poco de ralladura de jabón orgánico, mezclamos bien y está listo para aplicar.
Chile picante:
Para el control de la mosca blanca, el pulgón y los áfidos, que se suelen encontrar en el envés de las hojas se recogen varios chiles picantes y se dejan secar. A continuación se muelen, con cuidado ya que el polvo resultante es muy irritante, y se dejan reposar con agua durante una noche. Filtrar y listo para aplicar. Repetir el tratamiento cada semana. No aplicar sobre el follaje de la planta, sino que hay que regar en la base, directo al suelo.
Purín de Ortiga:
Debemos conseguir plantas de ortiga que aún no tengan semillas, las sumergimos en agua 5 días y removemos cada 2 días. Filtramos el líquido restante y diluimos en agua (1 parte de ortiga por cada 5 de agua). Se da el tratamiento pulverizando 1 vez cada 3 días. Se puede almacenar a la sombra varios meses.
Infusión de cola de caballo:
Se ponen 100 gramos de hierba cola de caballo (equisetum arvense) en remojo en 1 litro de agua 1 día. Se hierve y se deja enfriar. Se filtra y se aplica diluido (1 parte por cada 5 de agua).
Trampas Cromáticas:
Las trampas cromáticas de color amarillo se colocan para que los pulgones colonizadores se queden pegados y no vayan a conquistar nuevas plantas. Se recomienda usar aceite para evitar que se peguen otros animales como pájaros.
Bacillus Thuringiensis var. Kurstaki 32% p/p:
Actúa contra gran variedad de insectos presentes en el jardín, especialmente orugas, polillas, procesionaria en coníferas, mariposas blancas, arañones, larvas de lepidópteros, escarabajo de la patata, etc.
- Compuesto por esporas y toxinas de Bacillus thuringiensis var. Kurstaki.
- Estuche con 4 sobres, cada uno de los cuales sirve para preparar 5 litros de caldo.
Producto autorizado para su uso en agricultura ecológica. Es un producto eficaz y respetuoso con el medio ambiente.
PRODUCCIONES MEDIAS
Este es un cuadro para planificar tus cultivos. Todas las cantidades son aproximadas y pueden variar de un año a otro, dependiendo de la estación, del espacio, del estado de la recolección y de las condiciones específicas de las hortalizas.
Usa esta guía como una referencia rápida para calcular la cantidad a plantar de cada cultivo.
Acelga o acelga cardo |
6 kg por hilera de 4 m. |
Ajo |
17 bulbos por hilera de 4 m. |
Alcachofa |
6/15 grandes, 24/60 pequeñas por hilera de 4 m |
Apio |
12 cabezas de 450gr por hilera de 4 m |
Apio rábano |
10 cabezas de 225-400gr por hilera de 4 m |
Berenjena |
3/4,5kg por hilera de 4 m |
Berza |
1,8 / 2,5kg por hilera de 4 m |
Brócoli |
1,5 kg por hilera de 4 m |
Calabacín |
6 / 12 frutos por planta, 4,5kg por hilera de 4 m |
Calabaza común |
2 frutos grandes, 6 / 8 pequeños por planta |
Canónigo |
18/20 cabezas por hilera de 4m |
Cardo |
3/6 cabezas por hilera de 4m |
Cebolla |
60 pequeñas, 30 grandes, 15 muy grandes por hilera de 4 m |
Cebolleta japonesa |
40 / 50 grandes por hilera de 4 m |
Chalote |
60 / 180 por hilera de 4 m |
Col de primavera |
12 cabezas de 110/225gr por hilera de 4 m |
Col de verano/otoño |
6 / 8 coles de 450/900gr cada una por hilera de 4 m |
Coles de Bruselas |
60/70 brotes por planta |
Coliflor |
5 / 6 (o hasta 20) cuajadas por hilera de 4 m |
Escarola |
9 / 12 cabezas por hilera de 4 m |
Espárrago |
9 / 12 turiones por corona |
Espinaca |
6kg por hilera de 4 m |
Guisante |
3kg por hilera de 4 m |
Haba |
3kg por hilera de 4 m |
Hinojo de Florencia |
2kg por hilera de 4 m |
Judía verde o Alubia |
4,5kg por hilera de 4 m |
Lechuga Iceberg |
8 / 9 cabezas por hilera de 4 m |
Lechuga larga |
9 / 12 cabezas por hilera de 4 m |
Lechuga mini |
18 / 20 cabezas por hilera de 4 m |
Melón dulce |
2 / 4 frutos por planta |
Mostaza de la India |
1,5 kg por m2 |
Nabo |
30 nabos por hilera de 4 m |
Patata |
Tempranas 4,5kg por hilera de 3m,cosecha principal 10kg por hilera de 4 m |
Pepinillo |
30 frutos por planta |
Pepino |
15 frutos por planta |
Perejil de Hamburgo |
3kg por hilera de 4 m |
Pimiento dulce |
2,5/ 4,5 kg por hilera de 4 m |
Pimiento picante |
3 / 4,5kg por hilera de 4 m |
Puerro |
Precoz 4 / 6 kg por hilera de 3m, Tardío 3/5 kg por hilera de 4 m |
Remolacha |
30 raíces de 450gr/1kg por hilera de 4 m |
Sandía |
1/ 2 frutos por planta |
Tomate (de enrame al aire libre) |
1,8 /4kg por planta |
Tomate (mata baja al aire libre) |
4 kg por planta |
Zanahoria |
3kg por hilera de 4 m |
FALSAS IDEAS
El abono químico contamina siempre.
- No. Un abono químico no contamina necesariamente si sus cantidades se respetan adaptándose a las necesidades de la planta. Todo es una cuestión de dosis, a partir del momento que respetamos las dosis y las precauciones de empleo, la planta consume los elementos que se le ponen a su disposición y se alimenta correctamente.
- Existe un riesgo en el momento en que la cantidad de producto es superior a lo que la planta asimila ya que el excedente de producto puede lixiviarse hacia las capas freáticas y/o puede quemar las raíces de la planta..
Los nitratos contaminan.
- No. Hay que tener en cuenta que los nitratos son las sales del ácido nítrico, compuestos químicos del nitrógeno y del oxígeno, que están presentes de forma común en el medioambiente. Son el alimento indispensable y preferido de las plantas, que los toman del suelo para asegurar su crecimiento.
- En la medida que la cantidad de nitratos corresponde a las necesidades de las plantas, no hay riesgo de contaminación. El problema aparece cuando este aporte es superior a la capacidad de absorción de las planta. En efecto, muy solubles en agua, los nitratos pueden lixiviarse, es decir, ser arrastrados por el agua de lluvia hacia las capas freáticas del suelo (la cantidad máxima de nitratos en el agua es de 50 mg. por litro).
Todo abono natural es necesariamente bueno para el medioambiente.
- Los abonos naturales tienen en el caso de unas buenas condiciones de utilización unos efectos beneficiosos sobre el medioambiente en la medida que su origen es natural, aportan los elementos nutritivos que serán seguidamente degradados por los microorganismos del suelo permitiendo de esta forma alimentar a la planta y estimular la vida bacteriana del suelo.
- Sin embargo, ¡incluso un producto natural puede ser peligroso para el medioambiente! Basta con tomar el triste ejemplo de la contaminación de las aguas en tantas zonas españolas debida a los lixiviados procedentes de los residuos de la ganadería, el fertilizante natural más utilizado. Una vez más todo es una cuestión de dosificación, porque utilizando un abono orgánico también podemos equivocarnos con la dosis. Siempre y cuando el aporte de nutrientes (sean de origen mineral u orgánico) responda a las necesidades de la planta este es asimilado por ella para su crecimiento y se limitan los riesgos de pérdidas en el medioambiente.
Los productos fitosanitarios ‘bio’ son respetuosos con los insectos no nocivos
- No necesariamente. Como no existe una noción clara del término ‘bio’ hoy en día se están vendiendo productos fitosanitarios ‘bio’ que respetan a muchos depredadores naturales junto a otros que no los respetan.
ACOLCHADO / MULCHING
El acolchado o mulching es una técnica con la que se protege el suelo mediante una cobertura que hace de barrera física y disminuye las malas hierbas.
Acolchado o mulching con paja
El acolchado del terreno es una técnica más que recomendada en la agricultura ecológica y cumple muchas funciones además del control de las malas hierbas:
- Protege el sustrato y los microorganismos que viven en él frente a inclemencias climáticas como quemaduras por el sol, variaciones bruscas de temperatura, erosión por el viento, lluvia intensa que puede provocar encharcamientos…
- Ayuda a mantener la temperatura adecuada en la zona de las raíces, conservando el calor en invierno y el frescor en verano.
- Reduce la pérdida de agua por evaporación y proporciona sombra al suelo, ambas cosas hacen que la humedad del sustrato se mantenga mejor.
- Si se utilizan materiales orgánicos como componentes del acolchado o mulching, se colabora con la fertilización del sustrato ya que, a largo plazo, acabarán por descomponerse e incorporarse al suelo aumentando la cantidad de humus.
- Aumenta la biodiversidad y la actividad biológica gracias al aumento de la población microbiana en el suelo.
Cuándo y cómo realizar el acolchado o mulching
Lo mejor es instalar el acolchado cuando el suelo esté húmedo y no demasiado frío: el otoño o la primavera son los mejores momentos para hacerlo.
Deberás extenderlo con el suelo libre de malas hierbas, por lo que conviene que primero elimines manualmente las que ves y que realices una escarda o laboreo del terreno para eliminar las que no ves.
El espesor de la capa de mulching deberá ser suficiente para asegurar que las semillas de malas hierbas que caen en el terreno no puedan llegar al sustrato y echar raíces, y para que las semillas que están ya en el sustrato no puedan germinar o nazcan muy débiles. Para conseguir esto, el espesor deberá ser uniforme y de unos 4-5 centímetros como mínimo. Pero… ¡tampoco hay que pasarse!
Si el espesor de la capa de acolchado es demasiado grande, esto puede perjudicar al drenaje y se pueden producir encharcamientos porque el agua no se infiltre bien en el suelo: no pases de los 10 cm.
Cuanto más ligero, seco y aireado (con huecos) sea el material usado, mayor deberá ser el espesor de la capa.
Si el material del acolchado o mulching está formado por partículas orgánicas debes tener evitar triturarlas demasiado, ya que si son muy finas se descompondrán rápidamente convirtiéndose en humus, y la capa de mulching pasará de ser una barrera a ser el sustrato perfecto para que se asienten las malas hierbas cuando las semillas caigan al suelo (ya que suelen ser menos exigentes que nuestros cultivos).
Tipos de acolchado
Los materiales que pueden utilizase para la capa de acolchado son muy variados y pueden ser tanto naturales (orgánicos o inertes) como sintéticos:
- Paja y heno: mejoran mucho la aireación y la humedad del suelo; además de que, a largo plazo, aportan gran cantidad de humus. A pesar de esto, es conveniente añadir al suelo algo de abono orgánico si se utiliza este tipo de material de cobertura, ya que su descomposición es muy lenta y el material no es rico en nitrógeno.
- Corteza desmenuzada: o la adquieres directamente ya preparada para su uso como acolchado o debes compostarla o bien almacenarla durante varios meses antes de su colocación para que desprenda la resina.
Restos de poda triturados
Hierba o césped cortado: muy nutritivo para el suelo y, por tanto, para las plantas. Es un material de cobertura barato y eficaz. En este caso debes tener en cuenta que el espesor no deberá superar los 5 cm porque si la capa es muy gruesa no circulará bien el aire y se empezará a descomponer generando demasiado calor que puede dañar las plantas.
Hojas secas
El acolchado o mulching con materiales secos y ligeros (paja, helechos, heno, serrín…) es conveniente para tierras “pesadas” que tienden a compactarse.
Los materiales húmedos de rápida descomposición (césped cortado, hojas…) son ideales para climas más húmedos. Pero en estos casos hay que tener en cuenta que la capa de acolchado o mulching debe renovarse a menudo y que debe ser delgada para evitar la compactación y favorecer la aireación.
COMPOSTAJE
Compostadores o caja de compostaje
Existen un montón de contenedores de diferentes tamaños para hacer compost. Tienen muchas ventajas sobre hacer el compostaje en montón, algunos son incómodos a la hora de mezclar o voltear (acción muy importante para acelerar la descomposición de los residuos). Para solucionar este problema, están los que tienen puertas para sacar el compost y mezclarlo más fácilmente.
Se puede hacer uno mismo una caja de compostaje, con palets de madera u otros materiales, es importante que tenga la ventilación adecuada y con la base libre para que el compost esté en contacto con el suelo.
El procedimiento para preparar el compost es el mismo que con el compostaje en montón: hay que ir alternando los residuos llamados “marrones” con los residuos “verdes” y restos de la cocina, y al cabo de dos o tres meses se obtiene un compost bien descompuesto. Hay que regarlo y de voltearlo de vez en cuando.
La elaboración se realiza por capas de unos 15-20 cm:
- En la primera capa que está en contacto con el suelo, hay que poner una capa de materiales gruesos y ricos en celulosa: ramitas, cortezas y hojas secas, por ejemplo. De esta forma se evita que la parte más baja se pudra como consecuencia del peso y del calor de las capas superiores y los huecos entre las ramas ayudarán a que circule el aire y a que los microorganismos e insectos puedan entrar a la pila de compost.
- Encima de esta primera capa se añade otra con los restos verdes de cosecha, que son ricos en hidratos de carbono.
- La tercera capa incorpora materiales ricos en nitrógeno, como el estiércol (de vaca, de oveja…).
- Se añade una fina capa (2-5 cm) de tierra.
- Se puede incluir después materiales ricos en carbonatos, para reducir la acidez del montón, como cáscaras de huevo troceadas o restos de algas.
Se siguen añadiendo capas en hasta llegar a la altura, regando las capas según se va elaborando la pila. Sobre la última capa hay que añadir una capa de tierra para reducir los malos olores. Durante los meses que dura el proceso de compostaje hay que añadir agua de vez en cuando para mantener la humedad.
Materiales para hacer compostaje:
Residuos verdes - ricos en nitrógeno.
Se descomponen rápidamente al ser los más húmedos (suelen generar mal olor):
- Tallos, hojas y otros restos vegetales verdes
- Desperdicios de la cocina como restos de fruta y verdura.
- Césped cortado
- Posos de café, bolsitas de infusiones…
- Algas
- Estiércoles y purín
- Abonos verdes
Residuos marrones - ricos en carbono
Son residuos secos y tardan mucho en descomponerse, aunque lo hacen sin dejar malos olores. Hay que humedecerlos antes de entrar a formar parte del compost:
- Paja y heno
- Serrín
- Ramas y cortezas leñosas (restos de poda)
- Malas hierbas y hojas secas
- Papel o cartón triturado
- Cáscaras de frutos secos
- Cáscaras de huevos
- Agujas de pino
Materiales que NO se deben de usar para el compostaje
- Material no degradable: restos cerámicos, cristal, plásticos, papel de aluminio, envases…
- Trozos de madera que haya sido tratada o corcho
- Restos de plantas enfermas o malas hierbas que se eliminan del huerto
- Excrementos humanos o de mascotas como perros y gatos
- Restos de carne, huesos o alimentos grasos
CALENDARIO LUNAR PARA HUERTOS
Muchos hortelanos de toda la vida saben que las fases lunares afectan a los cultivos. Según la sabiduría popular de muchas personas que han dedicado su vida a cultivar la tierra, y que han heredado todo ese conocimiento de sus antepasados, las fases lunares se hacen notar en los campos. Durante mucho tiempo, todo ese conocimiento se ha considerado poco más que una leyenda urbana.
Hoy en día sabemos que la luna afecta a nuestras plantas, y por consiguiente, a tu huerto urbano. ¡No pierdas de vista este hecho a la hora de cuidarlo!
La influencia de la Luna es más determinante en lo que respecta a la siembra y a la hora de realizar algunas actividades como regar, podar … Según en qué día del calendario lunar te encuentres puedes coordinar tus labores para aprovechar todo ese conocimiento, potenciando así el crecimiento de las plantas, sus hojas y sus frutos.
En lo que concierte a la siembra, distinguimos los diferentes tipos de plantas en función de qué parte del vegetal es la que se destina al consumo:
- Fruto: tomate, pimiento, calabacín, pepino, melón, sandía…
- Hoja: lechugas, coles, escarolas, plantas aromáticas…
- Raíz: zanahoria, cebolla, ajo, remolacha…
- Flor: brócoli, alcachofa, coliflor, flores comestibles (aunque algunas puedan parecer frutos en realidad son flores).
Fases lunares:
- Luna nueva: no vemos la luna.
- Cuarto creciente: la luna tiene forma de D. La vitalidad de las plantas aumenta y son más fuertes para luchar contra plagas y enfermedades, la cosecha aguanta más y nos aportan mayor vitalidad a nosotros.
- Luna llena: plenilunio, vemos la luna totalmente iluminada.
- Cuarto menguante o decreciente: la luna tiene forma de C. La vitalidad de las plantas disminuye pero su olor y sabor se percibe más. Se conserva menos en estado fresco y los insecticidas y fungicidas son más efectivos.
En luna creciente se ve la luna como una D y decreciente se ve como una C, tiene la forma de lo contrario que está haciendo.
TRABAJAR EL HUERTO CON LA LUNA
Siembra:
Las siembras se ven principalmente influenciadas por las constelaciones, los aspectos planetarios y la luna creciente o menguante, siendo secundario que sea la luna ascendente o descendente. Sembrar preferentemente por la mañana.
Plantar y trasplantar:
Realizar estas labores en luna descendente y preferentemente por la tarde.
Semillas:
Para obtener semillas, elegiremos plantas sanas que hayan gozado de un ciclo vegetativo adecuado y correcto. Recoger en tiempo seco, en luna creciente y evitando los nodos.
Podar:
Escoger preferentemente la luna descendente. Evitar podar durante los nodos lunares, el perigeo, el equinoccio, cuando haya riesgo de heladas.
Esquejar:
En general es mejor realizar el esquejado en luna descendente, siendo lo ideal cortar los esquejes al final de la luna ascendente y ponerlos en tierra al principio de la luna descendente.
Insecticidas y fungicidas:
Los insecticidas, se utilizan ante ataques de insectos: pulgón, mosca, cochinilla, araña, oruga, etc. Es mejor aplicarlos por la mañana a primera hora.
Los fungicidas, se utilizan ante enfermedades producidas por hongos o bacterias: oídios, mildiu, podredumbres, ... Es mejor aplicarlos por la tarde.